[Reseña] Violet y Finch - Jennifer Niven


Título: Violet y Finch
Título Original: All the bright places
Autor: Jennifer Niven
Páginas: 396
Año de publicación: 2015
Editorial: Destino
Idioma Original: Inglés
Reseña por: Franci

Sinopsis: 
Violet conoce a Finch en el tejado del instituto cuando, sumida en la tristeza por la muerte de su hermana, acaricia la idea de saltar, pero él la convence de que no debería hacerlo. Los espectadores que se encontraban en los alrededores del colegio pensaron, sin embargo, que la situación había sido al revés y que ella lo había salvado a él, pues Finch era considerado el raro del Instituto. Desde ese momento, ambos personajes se vuelven conscientes de la presencia del otro y, en una clase en la que deben hacer un trabajo en parejas sobre los lugares memorables de su estado, Finch convence a Violet de ser su pareja.

De este modo, los jóvenes comienzan a recorrer diversos lugares de la ciudad, profundizando su relación y comenzando a comprenderse. El corazón de Violet comienza a sanar gracias a la ayuda de su nuevo amigo, sin embargo, Finch guarda un secreto, pues él también está roto y quizás los esfuerzos de la chica que ama no sean suficientes para recomponer los trozos de su corazón.

Esta es la historia de una chica que aprende a vivir, y de un chico que aprende a morir; de dos jóvenes que se encuentran y dejan de contar los días para comenzar a vivirlos.


Esta historia me rompió el corazón. Ha pasado bastante tiempo desde que la leí y aún no estoy segura de haberla superado, siempre que la leo, espero que ciertos hechos cambien para evitar el destino de algunos personajes, sin embargo, sé que esto no va a pasar, aunque con el paso de las lecturas he ido comprendiendo cada vez mejor las decisiones de los protagonistas y de su círculo de amigos más cercano y por qué es importante que el relato tenga el final que la autora quiso darle, pues hay un mensaje muy importante que necesitaba transmitir.

Empieza a escribir: “Tocar la guitarra como Jimmy Page. Componer una canción que cambie el mundo. Encontrar el Gran Manifiesto. Valer para algo. Ser la persona que quiero ser y que con eso sea suficiente. Saber qué es tener un mejor amigo. Importar”.

Violet está rota, su hermana murió y ella considera que fue su culpa, sus padres están devastados y ella ha comenzado a utilizar la ropa y accesorios de su hermana como una forma de sentirla más cerca, sin embargo, esto no es suficiente y eso la lleva a subirse a una cornisa y querer terminar con la tristeza y la angustia. Gracias a Dios, Finch también estaba en ese lugar considerando ideas similares a las de la protagonista. Ambos se sorprenden con este repentino y accidentado primer encuentro (muy parecido al de Rose y Jack en Titanic), y desde ese momento, sus caminos comienzan a cruzarse constantemente hasta que Finch consigue que, “por voluntad propia” Violet pase tiempo con él y con sus ideas alocadas y extravagantes comienza a unir los trozos del corazón de ella consiguiendo que ella se abra y le cuente sobre su dolor y sus sueños. Si bien Finch no es su primer amor, si será quien más la marque durante su vida.

Recuerdo su sonrisa y su risa cuando yo era mi mejor yo y ella me miraba como una persona sin nada malo y entera. Recuerdo cómo me miraba de la misma manera, incluso cuando ya no lo era. Recuerdo su mano en la mía, la sensación que me producía, como si fuera alguien y algo que me pertenecía.

El problema de esta relación es que hay heridas tan grandes que ya no pueden ser sanadas y que el protagonista guarda en lo más profundo de su corazón para que nadie se entere de qué tan mal está, ni su familia ni sus amigos ni el consejero escolar saben de las enfermedades mentales que lo aquejan, como a veces se queda “dormido” y desaparece por largas temporadas, de su necesidad de cambiar de personalidad constantemente o de su obsesión con el color azul y el agua pues, aunque Finch no quiere reconocerlo, le preocupan enormemente las etiquetas sociales que puedan marcarlo a él y a su entorno más cercano.

Lo que no digo entonces es: “Quiero seguir vivo”. Y no lo digo porque, teniendo en cuenta la gruesa carpeta que tiene delante, jamás me creería. Y una cosa más que tampoco creería: estoy luchando para permanecer en este asqueroso mundo de mierda. Lo de subir a la cornisa del campanario no tiene nada que ver con la muerte. Tiene que ver con el control. Tiene que ver con no volver a dormirme nunca más.

Creo que podría hablar largamente respecto de esa historia, pero ya he evitado que se me salgan varios spoilers y no quiero arriesgarme a arruinarles el libro, aunque es difícil porque, aun conociendo detalles específicos, este relato no perdería su belleza y su profundidad, pues con una prosa ágil y trabajada, la autora nos dibuja a dos adolescentes que luchan por superar sus heridas y poder volver a vivir, mientras visitan lugares hermosos de Indiana, aprenden a conocerse y tratan de superar los obstáculos que por mucho tiempo los han tenido atados. Siempre que reflexiono sobre esta novela, me dan muchas ganas de llorar y siento impotencia al pensar en todas aquellas personas jóvenes que lo están pasando muy mal y que no tienen a nadie con quien desahogarse o en quien apoyarse. A todos ellos, le mando un abrazo, les pido que alcen la voz y que recuerden que no están solos.


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