Título Original: La contadora de películas.
Autor: Hernán Rivera Letelier
Páginas: 118
Año publicación: 2009
Editoria: Alfaguara
Idioma Original: Español
Reseña por: Franci
Sinopsis:
La historia de María Margarita, una niña con el extraño don de contar películas. «Mientras tomaba mi taza de té y me preparaba a contar la película de pie contra la pared blanca, mi padre no se cansaba de repetir a sus invitados que, aunque la película fuera en blanco y negro y a medida pantalla, esta niñita, compadres, parece que la contara en tecnicolor y cinemascope». Cuando al poblado llega una de Marilyn Monroe, Gary Cooper o Charlton Heston, o una mexicana con hartas canciones, en su casa se juntan las monedas exactas para un boleto y la mandan a ella a verla. Al llegar del cine tiene que contarle la película a su padre, postrado en un «sillón de ruedas», y a sus cuatro hermanos. Luego, ya famosa, a todo un público que la espera impaciente. Junto a las peripecias de la niña, convertida de pronto en la mejor contadora de películas de la salitrera, Hernán Rivera Letelier va narrando la historia mágica de los cines en la pampa, en sus tiempos de esplendor y decadencia.
Extraído de @megustaleer www.megustaleerebooks.com
El tiempo transcurrió lento y despacioso, como debe transcurrir, creo yo, en todos los desiertos del mundo. […] Cada vez tenía más público. […] Y descubrí también que había gente que venía a oírme no porque no pudiera pagarse la entrada al cine, sino porque lo que realmente le gustaba era que le contaran películas
La primera vez que leí una novela de Hernán Rivera Letelier tenía 17 años y estaba en 4°medio, en ese momento, juré y rejuré que sus libros no me gustaban, que eran aburridos y que nunca leería nada más de él porque "no era mi tipo de literatura".
Hoy, casi en mis 30, encontré esta novela y, a pesar de que la comencé con recelo, lentamente me fue encantando. La terminé en un par de horas.
María Margarita, el Hada Delcine, nos hace un cuadro de la vida en las salitreras y de las venturas y desventuras de los cientos de trabajadores que vivieron allí con sus familias. A través de sus ojos, comprendemos cómo era la vida en la pampa nortina, las limitaciones de “haber nacido mujer”, las dinámicas familiares y, especialmente, la tristeza y la esperanza de una niña que soñaba con el futuro.
Al final mi padre se conformó con el par de emes y pasé a llamarme María Margarita, nombre que a mí, la verdad, nunca me gustó mucho: me sonaba a mansedumbre, a conformidad, a madre sumisa.
Y yo quería ser otra cosa en la vida.
No sabía qué, pero otra cosa.
En eso me parecía a mi madre.
Creo que lo que más me gustó del libro fue la forma en que María Margarita describía su entorno y la fascinación que le generaba el cine. Durante el relato, nunca nos enteramos de cuál era el encanto que ella tenía para contar películas, no sabemos qué hace específicamente para atraer a cada vez más espectadores a oír sus relatos, algunos incluso preferían perderse la función con tal de escucharla a ella (y hasta les salía más barato), pero el caso es que ese detalle no es relevante. Pues lo importante es apreciar cómo Hada se aferra a las películas como una tabla de salvación para escapar de la realidad que la rodea y cómo finalmente, ellas se convierten en su vía de escape y su ruina, pues, dentro de todo, la narradora es mujer y pobre, y eso la determina a un destino que debe llegar a aceptar.
Alguna vez leí por ahí, o vi en una película, que cuando los judíos eran trasladados por los alemanes en esos cerrados vagones de ganado –con sólo una ranura en la parte alta para que les entrara un poco de aire –, mientras iban cruzando las campiñas olorosas a hierba húmeda, elegían al mejor narrador entre ellos y, haciéndolo trepar sobre sus hombros, lo subían hasta la ranura para que les fuera describiendo el paisaje y contándoles lo que veía al paso del tren. Yo ahora soy una convencida de que entre ellos debió haber muchos que preferían imaginar esas maravillas contadas por su compañero, a tener el privilegio de mirar ellos mismos por la ranura
No es mi intención hacer spoilers del libro, ni contarles el final, pero les recomiendo que lo lean, pues la narración en amena y fluida y no te das cuenta cómo avanzas con mucha rapidez y comienzas adentrarte en la vida pampina de una soñadora. No sé si mantengo mi opinión sobre Rivera Letelier, pero creo que le daré una nueva oportunidad, probablemente no todos sus libros me gusten, pero no es raro, ¿quién ama todas las novelas de un autor?
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